1. Te da miedo coger a los bebés por si te se caen.
2. Cuando finalmente aceptas coger uno en brazos, tu posición es tan forzada que puedes acabar con una contractura...
3. ...y encima el niño siempre se pone a llorar.
4. Nunca sabes con qué tono debes hablar a los niños.
5. No sabes hacer esos sonidos estúpidos que, aparentemente, gustan a los bebés.
6. Cuando ves a otros hacer los sonidos estúpidos que, aparentemente, gustan a los bebés, sientes vergüenza ajena.
7. En la reuniones familiares, tus primos pequeños te ponen de los nervios.
8. Cuando el típico niño gracioso intenta interactuar contigo en el metro, le giras la cara porque te da pánico tener que devolverle el gesto o hacerle una carantoña en público.
9. El olor a vómito sigue pareciéndote desagradable.
10. Nunca te has planteado escoger a tu pareja en función al potencial que le ves como padre.
11. Estás completamente centrado en tu carrera profesional y no entra en tus planes que alguien te distraiga de ello. Tu trabajo es de lo más gratificante y sabes que tu dedicación será recompensada. Tu futuro es lo primero.
12. Se te mueren las plantas.
13. Cuando te planteas bloquear a una de tus mejores amigas en Facebook porque lo único que hace es colgar fotos de su recién nacido.
14. Sabes lo caros que son los pañales. Y SÍ, te importa.
15. No tienes ni idea sobre si Disney Channel está sintonizado en tu televisor.
16. Nunca quisiste hacer de canguro de los hijos de tus vecinos.
17. Cuando una amiga te anuncia que está embarazada y lo primero que se te escapa es un “uf, ¿en serio?”.
18. Las canciones infantiles te dan mal rollo.
19. No tienes ni idea de cuándo debería empezar a caminar un bebé.
20. Hasta que no llegan a la adolescencia, te cuesta trabajo adivinar la edad de los niños. ¿4?, ¿5?, ¿8? Todos te parecen igual.
21. Cuando ves a un niño montando un escándalo en público, cierras los ojos y agradeces que no sea tuyo...
22. ...y acto seguido miras mal a sus padres porque no están haciendo nada al respecto.
23. En Instagram, le das muchos más likes a la cuenta “Adorable Animals” que a las fotos del bebé de tu compañera de universidad.
24. Alguna vez se te ha escapado un “uy, que feo” al ver un recién nacido.
25. No pillas las bromas de padres.
26. Te sientes incómodo cuando tus padres te lanzan indirectas sobre nietos e intentas convencerte de que lo dicen en broma.
27. Las conversaciones sobre guarderías te hacen bostezar.
28. Cuando una madre condescendiente te mira por encima del hombro y te dice “ya te llegará”, sientes ganas de estrangular.
29. Cuando una madre condescendiente te explica que entendió el sentido de la vida la primera vez que dio el pecho a su hijo, puedes oír tus dientes rechinar.
30. Nunca te has planteado que tener un perro es un “paso previo a tener un hijo”. Tienes perro porque te gustan los perros. Y punto.
31. Dormir es una de las principales prioridades de tu vida.
32. En el fondo, sabes que el niño sigues siendo tú.
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